sábado, 1 de diciembre de 2012

Un sueño.


Abrí los ojos de repente, en un mundo lleno de color. No lo reconocía, no era el mundo gris y triste que recordaba. Atónito, incrédulo, me pregunté como llegué allí. Entonces recordé el calor intenso de unos labios, un escalofrío a causa de una mirada. ¿Era real?

Confuso, desorientado, me incorporé para observar en qué maravilloso lugar me encontraba. En un suspiro, apareció, la que reconocí, causante de todo, por el fulgor de su mirada. No pude evitar estremecerme cuando volví a sentir esos ojos pardos clavados en los míos. Me llené de valor: ¿Eres real? ¿Qué es todo esto?  Sonrió, se acercó y me besó. Comprendí como había acabado allí. Me volví a embriagar de esa maravillosa sensación. Sus labios acariciaban los míos con cariño mientras agarraba sus manos para que su suave tacto me electrificara. Dulce, cautivador. Olvidé de donde provenía. Cuando el tiempo volvió a seguir su curso, la miré, sintiendo aún esa sensación en mis labios. Propia de ese mundo de ensueño, onírica, su preciosidad sin igual era hipnotizante. Una melena cobriza caía sobre sus hombros, su tez, del color de la arena, esclarecida por el brillo de su sonrisa, que seguía de un cuerpo tallado y pulido en mármol, hermosura griega caída a mi sueño desde el Monte Olimpo. Esto me cercioró aún más de que sólo era un sueño, ambicioso deseo de conseguir algo irreal. ¿Para qué volver al mundo real?  Sus labios me habían convertido en un demente, un loco de atar que sólo necesitaba su amor.

No conseguía vocalizar nada, la incredulidad ahogaba mi voz. Torbellino de sensaciones, límbico, que se llevó consigo toda la pesadumbre que residía en mi interior. Un sentimiento puro inundó en mí hasta el más profundo recoveco. ¿Cómo oponerse algo deseado, aunque fuera una alucinación?

Un deseo. Mis ojos le rogaron a los suyos que no acabara ese sueño tan anhelado y un beso firmó que esa fantasía iba a permanecer. ¿Quién era yo para aspirar al amor de una deidad? Simple mortal, rendido a la magnificencia de su ser, esclavo de sus besos.

Sin saber si era o no un producto de mi imaginación, la tomé de la mano y me dispuse a caminar con ella. Mientras caminábamos, ella me abrió su alma. Atónito, no pude cuantificar la grandeza de tal interior. Adiamantado interior lleno de dulzura, simpatía, honestidad y bondad, pero recubierto de duro acero, resistente y determinado. Me sentí único, orgulloso. Era ilógico pedir más a la perfección. Superaba con creces lo que hubiera podido salir de mi imaginación. Me sentía minúsculo bajo su esplendor.

Así, comenzó un camino lleno de sonrisas, regocijo, experiencias, pasión, de su mano y que me ha mostrado más y más singularidades que la caracteriza. Sigo aquí, a su lado, ensimismado, continuando el sendero descrito por este maravilloso sueño del que anhelo no despertar jamás.



jueves, 26 de julio de 2012

Olas que rompen.

 El sonido del mar rompiendo contra las rocas acompaña al fluir del lápiz mientras plasma en el papel mis pensamientos de grafito. Me reconcilio conmigo mismo, encontrándome, al igual que el abrazo fuerte de la ola con la roca.
 Efímero. Pocas son las veces en las que consigo contactar con lo más recóndito de mi mente. Aquí, frente al mar, acompañado por un sol álgido, consigo despejarme de todo aquello que me rodea. Los problemas no desaparecen, pero puedo concentrarme en ellos de una manera objetiva.
 Es entonces cuando la mirada fija de tus ojos se refleja en el mar, cayendo perdidamente en tu recuerdo. ¿Ni tú me puedes ofrecer un descanso, una evasión? El templo de la inspiración ha caído, con él la entereza y la serenidad.
 Traicionado por el que me ofrecía cobijo y descanso, sin apoyos ni cura. Cierro los ojos, imagino tu silueta y pinto con los colores del mar un nuevo universo.

martes, 22 de mayo de 2012

Tú.

Tú, mi confidente de seis cuerdas. Acudes a mí con la voz marcada por las notas de un solo, comprendiendo cada problema y escuchando cada palabra. Sabes acompañar con tu voz la dulce caída de un par de lágrimas por mis mejillas o saciar mi furia con un grito desgarrador que penetra como una aguja el sufrimiento. Encuentro en ti el desahogo y sabes responderme adecuadamente siempre, como si poseyeras alma humana, vida, en tu cuerpo metálico.
Sabes convertir el más rudo movimiento de las manos que tocan tu mástil en la más dulce melodía o en el grito más agresivo, sacar un lamento, una alegría, un recuerdo... Inspirarme a escribir estas palabras o que sólo se me apetezca relajarme. Eres tú mi fiel compañera y mi más grata compañía.


sábado, 12 de mayo de 2012

Paseo por la orilla del mar.

Sentado, frente al mar, el vaivén de las olas me traen recuerdos de aquellos besos que nos dimos. El olor fresco del mar, profundiza en mi mente como si de tu perfume se tratara. La arena, dorada alfombra, me brinda un lecho perfecto en el que pensar mientras miro el horizonte, como a la espera de una señal. Suspiro, tomo aire y dejo que el olor vuelva a inundarme una vez más. Tras esto, me levanto y sigo hacia adelante, mientras el mar borra mis huellas que voy dejando, como si nada de esto hubiera ocurrido.

Estímate.

" En mis zapatos, solo para que veas, que se siente al ser yo, yo ocuparé tu lugar, cambiemos de zapatos, solo para ver como sería, sentir tu dolor, que tú sientas el mío, meterse en la mente del otro, solo para ver lo que encontramos, mirar el mundo desde los ojos del otro, pero no dejes que te digan que no eres precioso, y quien lo haga que se vaya a la mierda, se leal a tí mismo."
Eminem





viernes, 11 de mayo de 2012

Mi frasco.

Guardé el brillo de tu sonrisa y el fulgor de tus ojos en un frasco, que me ayudó a iluminar hasta la más oscuras de las noches.
Fuente de inspiración roteña