sábado, 28 de enero de 2012

Como si fuera el Monopoly

Juan José Millás, autor del artículo
 Este pasado Lunes, me mandaron hacer en la asignatura de lengua un comentario crítico sobre un artículo de opinión, en concreto de una columna, de Juan José Millás, columnista en el periódico El País, que me hizo reflexionar sobre la situación económica presente en estos últimos años. El texto, titulado "Analogías" hacía una profunda crítica a los bancos, a quién acusa de ser culpable de todo esto, y también a nuestra mentalidad consumista que nos lleva a despilfarrar y gastar dinero como si en ello nos fuera la vida.


No se puede describir mejor la situación y el desarrollo de la crisis económica que hoy azota nuestro país, y por consiguiente, nuestros bolsillos. Hace una particular y curiosa comparación con un cuerpo humano, su sangre, del color del dinero, circula libremente y sin restricciones por el cuerpo, un cuerpo en coma, sin cerebro funcional que regule semejante discurrir de capital. ¿Los causantes? Los bancos: Aquellos que conceden hipotecas, piden intereses y demás, sabiendo que van a ser devueltos y que esto puede causar un gran revés a la economía. ¿Castigo? Unas horribles pensiones millonarias y unos sueldos vitalicio de pésimas condiciones (Nótese la ironía). ¿Quién va a rectificar su comportamiento, si aunque ética y moralmente esté mal hecho, nadie te va a hacer pagar con ello, ya que no infringes ninguna ley? En cierto modo vivimos bajo el yugo de unos empresarios que juegan con el dinero, como si los billetes sin valor del Monopoly (Te cambio tanto y me devuelves tanto y pico, intereses por allí, hipotecas por allá), sin pensar en las consecuencias que conllevará en un futuro, todo movido por el egoísmo, la avaricia y de la riqueza que esta inmoral actividad trae consigo.

 Pienso que una posible intervención del Gobierno (lo más mínima posible, ya que estamos en un sistema económico capitalista) podría acabar con esta situación que les deja tan al poder de la economía, y por lo tanto, de nuestras vidas.

 Tampoco nos libramos nosotros, aunque tengamos menos responsabilidad en este sentido, esto es una cadena, y no pasaría nada si no se continúa. Nuestra mentalidad, o al menos aquella que las empresas multinacionales nos han inculcado desde pequeños, es la de consumir por consumir. Personas que sabiendo que no podían mantener el coche y la casa que se estaban comprando, han pedido préstamos, mal concedidos, a estos inmorales bancos, ansiados por la sed del dinero. Todo esto acarrea lo siguiente: Casas que no se pagan, embargo, personas que subsisten con el paro, el trabajo escasea, nadie compra casas, bancarrota del banco. Este es uno de los tantos ciclos que sigue nuestra débil economía. Un pequeño lavado de cerebro no vendría mal para rectificar esta ansia consumista, ya ni para darnos un lujo, si no a veces por el ridículo motivo de presumirle al vecino, por ejemplo.

 Quisiera dar las gracias, desde aquí, al autor de este texto, que me ha hecho de ver de manera tan clara la economía actual y sus principales defectos aquí. Lo que más me ha gustado es el símil con el cuerpo humano, que aunque según especifica no es suyo, ha sido el primero que he leído. Por textos así, merece la pena leer el periódico. Por último, el link donde pueden leer el artículo: Analogías

No hay comentarios:

Publicar un comentario